Escribo en caliente, con el hashtag #ApagaLaTele como primer trending topic en Twitter, con el mentidero político cabreado porque el Gobierno ha aprobado en el último Consejo de Ministros una partida económica de 15 millones de euros para ayudar a las televisiones privadas ante la crisis que tenemos encima, para compensar la caída de la publicidad en el sector audiovisual, que ronda el 20%.
No doy crédito. Millones solo para la tele. ¿Y el resto de medios de comunicación?
La Asociación Española de Radiodifusión Comercial (AERC) recordó este mes que la caída de anunciantes desde que se inició el estado de alarma alcanza el 80% en algunas emisoras. Un descenso que se suma a la crisis publicitaria que arrastran las cadenas desde 2010. No pienso solo en las grandes campañas, sino en la escasa o nula publicidad local que va a entrar a partir de ahora en las delegaciones.
Sin publicidad, no entra dinero. Sin dinero no hay nóminas. Sin nóminas no hay periodistas. Sin periodistas no hay periodismo. Sin periodismo no hay democracia.
Espero que sea un primer paso, una medida urgente e improvisada, y no la constatación de una norma, porque es paradójico que la pandemia haya servido para confirmar el prestigio de la radio para su audiencia. Según un estudio reciente realizado por Havas Media Group, la radio lidera el ranking de credibilidad y de confianza en la demanda de información sobre el COVID-19. Has leído bien, la radio por encima de la TV, la prensa y el resto de medios digitales. De hecho, según ese trabajo, suspenden en fiabilidad las redes sociales.
El vídeo nunca mató a la estrella de la radio. Tampoco lo va a conseguir un virus. Gracias por seguir en sintonía. #EnciendeLaRadio
Siempre quise tener un diario. Con ese espíritu afronté la redacción de este blog cuando me ofreció la oportunidad mi penúltima emisora, Punto Radio. Vocento tenía en 2007 una blogosfera interesante y ahí nació este espacio radioactivo. Ya había hecho mis pinitos en otros medios digitales, siempre detrás de un seudónimo, pero fue entonces cuando dio la cara quien ponía voz.
En estos casi 13 años, este blog ha tenido varias vidas. Desde 2008 a 2013 vivió el auge y la desaparición de su nave nodriza por culpa de la otra crisis. Hasta 2015, ya alojado en Blogger, se convirtió en refugio periodístico mientras me dedicaba fugazmente a la comunicación política. Y en los últimos cinco años ha sido un espejo de lo que tuve la suerte de contar en la Cadena SER. No sé qué pensáis, pero da la impresión de que la inmediatez que exigen las redes sociales ha ocupado injustamente el espacio para la reflexión que se trataba de proponer en cada post.
A primeros de mes os conté mi reconversión profesional. Mi intención era la de aprovechar este rincón como bloc de notas para ordenar todo lo que leo sobre la radio en otros medios, una forma de "pasarlo a limpio" con mis impresiones. Todo por no dejar de darle a la tecla. Todo listo... hasta que la pandemia del coronavirus nos estalló en la cara.
Son muchos los oyentes que confiesan haber recuperado o descubierto su fervor por la radio en las últimas semanas. Justo ahora que ganamos fieles, la caída en seco de la publicidad pone en peligro el futuro de mis compañeros y la supervivencia del medio. Pensando en la dura posguerra que tenemos por delante, este humilde radioactivo vuelve a la trinchera para aplaudir cada tarde mientras grita que sin periodismo no hay democracia.
RENOVARSE O MORIR. A quien pueda interesar, os cuento que me acabo de tomar una excedencia de la Cadena SER para seguir rodeado de micrófonos en los estudios de la Universidad CEU San Pablo de Madrid. Después de más de 20 años en las ondas, está siendo muy interesante seguir aprendiendo de los jóvenes que nacieron cuando empecé a trabajar.
EL TIEMPO VUELA. Esta dedicación íntegra a la docencia me va a permitir pasar mucho más tiempo con la familia, con mi pequeña Alba. Sólo tiene dos años y no me lo quiere perder. Seguro que todos, colegas y oyentes, entenderán esta decisión personal. No os imagináis cuánto os voy a echar de menos.
ES DE BIEN NACIDO... Gracias, muchas gracias a los compañeros del CEU por la cariñosa acogida. Estoy abrumado. Me siento como el hijo pródigo. En esta Universidad estudié Periodismo hace un cuarto de siglo. Poder aportar mi experiencia a su Departamento de Radio es un privilegio.
...SER AGRADECIDO. Y gracias a los compañeros de PRISA Radio por la comprensión y el cariño, por todo lo vivido, sufrido y disfrutado. Ha sido un honor formar parte durante cinco años de la primera cadena de radio del país.
QUIEN TIENE UN AMIGO TIENE UN TESORO. La audiencia sabe que lo mejor de la SER está en su buena gente, en la Gran Vía de Madrid y en toda la red de emisoras, dentro y fuera del país. Me siento orgulloso de haber sido vuestro compañero. Aquí, un oyente más. Hasta pronto, amigos.