Al suelo todo el mundo

El último fin de semana del mes nos dejó un domingo bochornoso por el calor en buena parte del país, sobre todo en el Sur y en el interior. Sobre todo en el interior, en Badajoz, por ejemplo, con 33º a la sombra y bajo un Sol de justicia, donde y cuando se ha celebrado el acto central, la parada militar por el Día de las Fuerzas Armadas que va a pasar a la Historia por una imagen congelada… de una caída doble.

La primera es una caída Real, es la caída de la Reina. Doña Sofía tropieza cuando llega al estrado pero, por fortuna, se queda a medio camino del suelo porque la sujetan en un primer momento el Rey (lo que demuestra que está en plena forma, rápido de reflejos tras su operación de hace 22 días cuando escribo estas líneas), y el raudo y veloz del presidente extremeño Guillermo Fernández Vara, que atajó por la izquierda de Doña Sofía. Raudo y veloz el presidente extremeño por segunda vez esta semana, pero esta vez sin multa.

La segunda imagen congelada es política, ilustrada por los silbidos y abucheos con los que fueron recibidos los dirigentes por el público pacense asistente a tan magno evento, a saber, el propio presidente extremeño y la ministra de Defensa Carme Chacón. Fueron allí víctimas de tropezones ajenos, de los que están marcando la marcha de la economía. La gráfica que dibujan los dos sondeos electorales publicados este fin de semana en la prensa sitúan al PP muy por encima del PSOE, que sigue cayendo y cayendo y cayendo en intención de voto.

Zapatero también está perdiendo el equilibrio, ya está a medio camino de besar el suelo y lo peor es que él mismo es quien se ha puesto la zancadilla.

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Para una inmensa minoría

Ahora que arrancamos el último fin de semana de mayo, con lo que a muchos costó llegar una vez más a fin de mes, la semana en la que se aprobó por los pelos el tijeretazo en el Congreso, cuando en la CNN Internacional siempre hablan primero de Grecia e inmediatamente después de España, llegó el Gobierno de Zapatero con otra de vacas flacas una vez más.

Haciendo números de cara a los próximos Presupuestos, ya sabemos que nos hemos bajado el tope de los que nos debemos gastar; y eso, en suma, significa que durante los próximos años creceremos menos de lo previsto y destruiremos más empleo. Todo esto lo supimos el viernes por la mañana, el remate llegó por la tarde cuando otra agencia de calificación del crédito, como en su día ya hiciera Standard & Poor's, Fitch concluyó que nuestro país ha dejado de pertenecer a la élite de los más solventes.

Les he contado esto de entrada, así, sin más algodones, porque esta mañana en PUNTO RADIO les hemos preguntado, en el tiempo de Protagonistas Fin de Semana con Ramón García, si son realmente necesarias unas elecciones anticipadas. Aquí tienen una portada más para la estadística.

Este es el estado de la Nación que hoy también se preocupa en las primeras planas por el fichaje de Mourinho por el Real Madrid. En total la operación ha costado 48 millones de euros por cuatro temporadas. Una cifra que confirma que hay dinero para lo que interesa y que aquí, más que de Zapatero o de Rajoy, parece más normal ser de Florentino o de Laporta.

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José Lost Rodríguez Zapatero

No todo está perdido aunque tengamos un líder que ya padece el síndrome de la isla desierta, también conocido como síndrome de La Moncloa: se siente sólo, en ocasiones oye voces (injustas críticas, dice)… pero, haga lo que haga, el presidente acaba viviendo como en un búnker.

Como si fuera electromagnético, José Luis Rodríguez Zapatero se ha convertido en un imán para los problemas. Así lo avanzan los sondeos, así lo critica la oposición. Sobre el político anteriormente conocido como ZP se ha instalado una nube de humo negro que lo acaba arrasando todo, empezando por la política económica.

Hoy Zapatero ha asegurado que sigue pilotando el avión, que no hay más turbulencias, que no nos vamos a estrellar. Otros ya no le creen. Quizá sí, quizá ya estemos perdidos.

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Al cuerno

Nadie duda de la relevancia de la secuencia de imágenes tomada ayer en Las Ventas de la espantosa cogida que sufrió Julio Aparicio. Muchos lectores (y oyentes) me están preguntando, a través de Facebook y Twitter, cómo es posible que varios Consejos de Redacción de distintos periódicos de tirada nacional estuvieran de acuerdo en llevar anoche esta imagen en primera plana y no en páginas interiores. Me asalta la duda de cuántos niños acabarán viendo este cuerno saliendo por la boca y de si las televisiones se saltarán hoy también a la torera el horario infantil en los informativos.

No, a mí tampoco me gusta. Pero con el mismo rasero publico esta serie de portadas y compruebo el tráfico de este post en los últimos minutos. Ahí están, queridos oyentes, amables lectores. Ahora lo entiendo todo.

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Insert coin

Abrí el buscador universal y perdí de golpe 30 años. Me vi con todo el suelto que podía en los bolsillos, el pantalón corto, el balón entre las piernas y de puntillas delante de la pantalla, en la sala de juegos de la playa...

Estamos acostumbrados a los fantásticos e ilustrativos homenajes de Google, efeméride global como ninguna, pero el de hoy es brutal. Tal día como hoy, hace tres décadas, se lanzó al mundo desde Japón el videojuego Pac-Man.

Daos prisa, que pronto caducará esta partida histórica en medio del logotipo. Hoy no se puede probar suerte, basta con echar una moneda. Game over.

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A la cola

Cuando entré, el vigilante me clavó la mirada mientras apuntaba con su nariz al reloj del monitor. Eran las 13:52. Uy, claro.

—Buenos días —preguntó sin pronunciar las eses.

—Hola, buenas tardes —precisé.

—¿Quería algo? —…como si estuviera extrañado.

—Sí, quería que me aclararan estos avisos que he recibido —explicaba mientras abría la carpeta.

—Si no tiene cita previa, tiene que esperar su número y mesa. Traerá los papeles escritos, por lo menos… —agravando la voz.

—No, mire, ya le digo, yo venía a… —ahí me quedé.

—Venga, venga, no se pare, que me está formando cola… —me espetó.

—Pero si es usted quien… —intenté replicar.

—No se entretenga, hombre… ¡Y mire qué hora es!

Pulsé el botón, la máquina escupió el ticket y me tocaron de premio los primeros diez minutos de espera. El altavoz emitía una voz pregrabada y metálica para llamarnos a filas.

—Pero bueno, ¿quién le ha dicho que esperara su turno para este mostrador? ¡Es en el de enfrente! —perdí su dedo por encima de mi hombro.

—Ah, vaya, gracias, me dijo aquel de la puer… Déjelo, muy amable —mientras daba media vuelta y me iba a la mesa de enfrente.

—¿A dónde va, a dónde va? —el grito me frenó en seco.

—Yo iba a… Usted me ha dicho que… —en efecto, sin palabras.

—No, hombre, no… No tenga cara. Vuelva usted a la entrada y coja el número otra vez… ¡Y ahora no se equivoque! —como si estuviera de vuelta al cole.

—Oiga, mire, no pretendía colarme, en la puerta me dijeron que… —en vano, una vez más.

—¿A mí que me cuenta? Venga, venga, no se pare, que me está formando cola…

Botón de nuevo, máquina en marcha, ticket para la media hora siguiente. Con esta vuelta la sala desespera, claro. 35 minutos después, avanzado el libro y con la oficina prácticamente vacía, llega mi turno.

—¿Y usted ha venido porque ha recibido estos documentos? —era la voz más aguda de las tres.

—Sí, claro, esto ya lo liquidé y aún así recibo estos avis… —qué manía con interrumpir.

—Pero es que habrá saltado el automático, esto ya pasó. ¿No se le ocurrió llamar por teléfono?

—La única línea que tienen no para de comunicar, por eso he veni… Sí, y antes de que me interrumpa, tampoco pude arreglarlo por la web, así que encima que estoy aquí podríamos resolverlo para que… —nada, no hay manera.

—Claro, es que para dar de baja lo que me pide tienen que rellenar el documento cero equis tal. Tiene que pedirlo en aquella ventanilla —todo el mundo está detrás de mi hombro, pensé.

—Pero oiga, no quiero perder mi turno… —medio sollocé.

—Bueno, ahora le doy paso al siguiente y usted espera a que acabe —frunciendo el ceño, como si todo el mareo fuera lógico.

Tras la ventanilla estaba el primer vigilante, inexplicablemente, ahora al teléfono.

—Hola de nuevo. Necesito el documento cero equis tal.

—Un euro —me responde mientras sonaba una caja registradora oculta bajo la ventanilla.

Siempre me quedará la duda de si me habrían cobrado el euro de haberlo resuelto por la línea telefónica que nunca descuelgan. Todo esto lo pienso mientras vuelvo a esperar que el segundo mostrador de mi odisea personal se quede libre. Otros cinco minutos para volver a la segunda base.

—Ay, pero para completar estos papeles tiene que presentar un escrito de alegaciones —desarrollando el caos.

—¿Cómo? Pero si se lo acabo de explicar… —empiezo a sudar.

—Ya, pero yo no le creo —sin pestañear.

—Pero si ve que traigo aquí toda la documentación y que es un error de ustedes, ¿por qué no lo arregla? No tiene sentido —intento razonar. En vano, claro.

—Es que ese no es el procedimiento —inflexible.

—Oiga, mire, he venido para darles parte de un error, he perdido una hora, a la porra el euro, pero me va a explicar que no me hayan dicho desde un principio que todo esto es un callejón sin salida. —me recuerdo conciliador, que no borde.

—Esto es lo que hay. Usted quería que le informara y es lo que hemos hecho. Venga, venga, no se pare que me está formando cola…

Moraleja: para cualquier trámite con la Administración primero llame por teléfono. Si no se lo cogen, a la vista de lo leído, servirá de atenuante ante un tribunal. Intenté evitar que me sigan enviando correspondencia inútil, es su problema el gasto de Correos y que sigan talando árboles para seguir comunicándome lo que podrían decirme por e-mail, se me ocurre.

Está muy bien que le vayan a subir los impuestos a los más ricos. Aunque no deberíamos olvidar que también deberían pagar más los funcionarios más antipáticos a la par que inútiles. Claro que no son todos, pero aquí están los míos. A la cola de todo.

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Felicid@des

Se estima que ya somos 1.000.000.000 de internautas en todo el mundo, casi 20.000.000 de usuarios sólo en España. Algunos encajamos de pleno en el perfil: "jóvenes" de menos de 35 años, que vivimos en ciudades y que tenemos estudios superiores. Insisto, a algunos nos han clavao, pero a saber cómo es usted. De hecho, muchos confiesan (uno de cada cuatro) que ya no podría vivir sin la red de redes porque acaban echándole mínimo dos horas diarias a la pantalla. ¿Sólo?

RADIOACTIVO se apunta a la fiesta y quiere celebrarlo con una sonrisa, en homenaje a los miles de Enjutos Mojamutos que ahora están encendiendo y apagando el router porque se les ha colgao el sistema.

Aún no me explico cómo hemos llegado a la Luna...

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El rey Baltasar acabó negro

Twitter, la penúltima red social más popular del mundo en internet, convirtió ayer el apellido Garzón (#garzon, mejor escrito) en uno de los 10 trending topic o asunto más debatidos del planeta. Lo curioso es que la penúltima vez que pasó lo mismo con un nombre de origen latino estábamos hablando del terremoto en Chile.

Hoy que celebramos la elevación a los altares de San Isidro nos hemos ocupado en el informativo de las 7:00 de la mañana, como era de rigor, de la caída a los infiernos de quien ha reinado en la Audiencia Nacional. Porque, si no hubo fisuras en el Consejo del Poder Judicial para suspender al magistrado, hoy España amanece dividida en dos trincheras, como si hubieran vuelto los bandos de la Guerra Civil. En los medios, en las tertulias y en la calle están los defensores a ultranza del juez frente a los detractores de su labor en la judicatura, de sus aventuras políticas y de su “imaginación creativa”, como le acusa el juez Varela en el auto.

La Justicia no entiende de emociones, no atiende a los juicios paralelos. Todos somos iguales ante la Ley, también un juez que no es un santo. Garzón no ha hecho milagros, está por ver que haya pecado, y aquí no se puede estar en misa y repicando.

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Հայաստան

Lo han leído bien: ahí pone Armenia en armenio. No se ha colado ningún virus en el ordenador. Tuve la fortuna de conocer el pasado martes a uno de los poco más de tres millones de armenios que viven allí, porque este joven de nombre impronunciable reconoció que la población emigrante es tres veces mayor.

Fueron dos tapas y una copa porque se le agotaba el tiempo libre en nuestro país, pero siempre sorprende cómo nos ven los extranjeros, sin etiquetas. Valoraba la simpatía del pueblo español, nuestro habitual sentido del humor, la tortilla de patatas, la iluminación de los edificios… y los azulejos.

Quedó prendado con el arte de los grandes murales formados por azulejos pintados a mano, como enormes lienzos, reclamos publicitarios de varias zonas de copas con solera en la capital, como Huertas o La Latina. Se acercaba, los tocaba, habló con alguien por el móvil en armenio y señalaba las paredes, agitando los dedos, como si hubiera descubierto un tesoro.

No dio tiempo a que bajáramos al Metro. En su país tienen una línea y aquí en la capital vamos por la docena, y subiendo. Seguro que también habría alucinado con esta estampa. En la estación de Retiro está el que más me gusta, firmado por Mingote. También lo admiré ojiplático cuando hace casi dos décadas me sentía como un armenio en Madrid.

En algún momento dejamos de mirar el mundo que nos rodea con admiración. La rutina no debería matar lo que entra por la retina. Le agradezco que me lo recordaran tanto el armenio y como el moldavo de adopción que me lo presentó. Gracias a ellos descubrí que vuestro idioma bien merece un dibujo en un azulejo. Հայաստան.

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Qué manera de soñar

Curioso, cuanto menos, que pase la noche en vela una afición... colchonera. Enhorabuena, pues.

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Península Ibex

La Bolsa, hoy

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Cenizo

Cerramos una semana negra en los mercados, sobre todo en España, y miren que aquí los datos, incluso los gestos, vaticinaban lo contrario: el martes se confirmó lo que nos filtraron a los periodistas, que el paro bajó en abril; el miércoles se encontraron ('encontraron' de encontronazo) en Moncloa Zapatero y Rajoy –y algo acordaron, menos es nada—… y ayer supimos que oficialmente nuestra economía salió de la recesión.

Pero no hubo manera. Pesaron los disturbios en Grecia, los muertos en Atenas y el buen hacer con malas artes de los especuladores que nos han puesto encima el sambenito de que los españoles iremos detrás cuando –objetivamente—no parece que sea cierto. No hay que ser pesimista, otra caso es que tengamos el cenizo encima. Esta vez de verdad, no es una frase hecha, que volvemos a tener la nube volcánica en nuestro espacio aéreo.

Este fin de semana que se celebra el Salón Internacional del Cómic de Barcelona hemos abierto el informativo de las 7:00 con lo que más temía otro grupo europeo, el poblado galo de Astérix: sólo falta que el cielo caiga sobre nuestras cabezas.

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Ay

Descubrí esta canción por la letra. Cuando leí estas palabras en el ordenador me alegré mucho, porque suponían el regreso a este lado de la vida de un compañero que no lo ha podido pasar peor últimamente. Su crisis no se la deseo a nadie. Un terremoto vital con epicentro en su corazón tan injusto como un seísmo de verdad. En su estatus de Facebook escribió:

Hay que volver a nacer
perderse otra vez
volver a creer
empezar otra vez

Debo entender que esta canción a beneficio de los cooperantes que se quedaron trabajando en Haití se acabó convirtiendo en la banda sonora de su propio viacrucis. Quizá fue la primera que escuchó cuando se atrevió a poner la radio. Quizá escribió esta estrofa como método de autoayuda. Quizá, simplemente, estaba sonando de fondo cuando lo escribió.

En la vida hay dos tipos de personas. Están los que reciben un golpe que les dobla de dolor, caen al suelo y ahí se quedan, lamentándose. Luego están los que reciben ese mismo golpe devastador, también caen pero acaban poniéndose en pie. Tú estás hecho de esa pasta. Por eso acabarás siendo un gran periodista. Vuelve a creer.

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La pasión turca

Lo más curioso es que el debate estuviera vivo y en los medios incluso antes de que se encontraran. Tras la reunión de Zapatero y Rajoy en Moncloa, además de los grandes titulares, también se habló de la cadena de gestos, esos pequeños (grandes) detalles que conforman la comunicación no verbal y que tanto dicen de nuestros líderes.

En esta cultura de la imagen urgente que nos ha tocado vivir fue comida de tertuliano, una vez más, el color de los trajes, camisas y corbatas; el forzado apretón de manos tras la escalinata… y la puesta en escena de los discursos. En efecto, dos intervenciones separadas han vuelto a evidenciar lo que ya sabíamos, que un abismo les separa aunque salgan en la misma foto.

Súmenme a la lista de españoles que hubiera preferido una comparecencia conjunta. Sé que sólo es una cuestión de imagen, que lo importante es el contenido; no sé a quién favorecería ese manifiesto de unidad a corto plazo, sólo quiero creer que a la larga nos beneficiaría a todos.

Al menos su odio es cordial. Hoy desayuné con esta instantánea del parlamento turco, con el momento en el que dos diputados llegaron a las manos cuando estaban debatiendo la reforma constitucional. Mejor que aquí no salieran juntos, mejor.

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Asesinos natos

En Natural Born Killers (Oliver Stone, 1994) un presentador sin escrúpulos aprovecha su poder de convicción en antena para convertir en héroes televisivos a dos jóvenes criminales.

Llevo acordándome de esta película todo el día porque era de las favoritas de uno de mis profesores de Economía en la universidad. Desde este original planteamiento al principio de la clase, en el que podía perder media hora, acababa comparando este comportamiento psicótico de los protagonistas con los vaivenes del mercado financiero. Y nos lo contaba a nosotros, futuros periodistas, porque sabía que algún día acabaríamos informando de semejante carnicería económica.

Cuánta razón tenía, aunque haya tenido que pasar una década y media para que entienda su discurso más que nunca. Como en las grandes películas ideadas por Quentin Tarantino, los protagonistas de la crisis están con las pistolas cargadas, apuntando a la cabeza del contrario. En cuento escuchan el primer tiro ya puede ser de fogueo o el portazo de una puerta por una corriente de aire. O el contenedor que golpea el suelo cuando lo suelta el camión de la basura. O la explosión de un petardo.

Hoy alguien disparó el rumor y los inversores vaciaron sus cargadores, todo bajo las cámaras. Hoy todo fue un espectáculo terrible, una auténtica sangría. Como en Asesinos Natos.

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Gato por liebre

Me podía haber lanzado en plancha a escribir estas líneas el mismo sábado, como producto de la indignación que me estaba provocando la cadena de acontecimientos. He querido dejarlo reposar 48 horas para ahora exponer las ideas quizá de una manera más clara y ordenada, porque el cabreo sigue siendo de tres pares.

Todo empezó hace una semana con la portada que acaban de ver y que aquí vuelvo a repetir, todo un éxito periodístico, el avance de los datos de la EPA por un ‘error informático’, pésimos como ya saben. El viernes y el sábado fueron dos días duros en lo que se refiere al relato informativo. Cerramos abril machacando al Gobierno con la confirmación de la encuesta, no sin razón, y criticando la escasez del recorte aprobado en Consejo de Ministros.

Y el sábado tenía que acabar como todos los Primeros de Mayo, con las reivindicaciones sindicales tras la pancarta y en los discursos, en medio de un ambiente caldeado -como toda la semana- por los altos niveles de desempleo alcanzados durante los tres primeros meses de 2010. Pero no. A las siete en punto de la tarde la agencia Efe lanza el siguiente despacho:

DESEMPLEO-INEM
El paro bajó en 24.000 personas en abril, la primera caída desde julio pasado

Madrid, 1 may (EFE).- El paro registrado en los Servicios Públicos de Empleo descendió en torno a 24.000 personas en el mes de abril, la primera caída desde julio de 2009, según avanzaron a Efe fuentes de la Administración.

Se nos plantea la duda en la Redacción de qué hacer con el dato, hasta qué punto era relevante dentro del día que habíamos pasado, de lo que nos parecía más importante dentro de las novedades que debían saber. El interés de la filtración era puramente político porque todos sabíamos de antemano que la cifra de parados en el INEM sería mejor que las anteriores. Lo había sugerido el presidente Zapatero en un acto en León y a mediodía del sábado el ministro de Trabajo Corbacho había comentado en Llerena (Badajoz) que el dato en cuestión sería “bueno”.

Esta era la cuestión: destacar o no en nuestros Servicios Informativos una noticia que había saltado al minuto a la primera posición de las ediciones digitales. Un número que, siendo positivo, no era más que una raya en el agua. Además, insisto, no era nuevo. Su publicación un sábado por la tarde, con las imágenes del Día del Trabajo dando la vuelta al mundo, sólo quería contrarrestar su efecto, acallar consignas y compensar el mazazo de la EPA. Estaban buscando el titular de la prensa dominical, la más leída del país. Una maniobra de propaganda.

Las dudas eran razonables, porque ustedes tienen derecho a saber, pero no a ser manipulados. Claro que publicamos el dato, pero no fue a la portada. Como para la prensa escrita y el resto de medios, no era más que una ampliación ajustada de lo que ya se sabía. Por eso, entre otras cosas, la exclusiva de ABC de hace una semana fue un bombazo y la filtración de la Administración a Efe se quedó en la anécdota de la maniobra. Por chusca.

Pienso que estos debates demuestran la buena salud de nuestra profesión por encima de las prisas y de las presiones que ejercen sobre su ejercicio la prensa digital. Hasta hace bien poco los teletipos se quedaban en nuestro ámbito, los cientos que salen a la hora, y con buen criterio filtrábamos los más interesantes para la audiencia. Ahora saltan a la red a velocidades astronómicas y son del dominio público, de manera automática, a veces sin un minuto para su reflexión, en aras de un derecho a la información a granel, con lectores inundados de noticias de dudosa relevancia.

Creo que el debate es sano. Creo que es bueno que sepan que lo debatimos. No va más allá, es una experiencia personal. Seguro que mis compañeros tienen decenas de casos como éste en su haber. Pero quería compartir con ustedes que hasta aquí llega nuestro permanente nivel de exigencia, ante cualquier titular, por todas las informaciones. Todo para que no le den gato por liebre, y menos a golpe de ratón.

Publico este post cuando acaba de terminar el lunes 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa. Que no se diga.

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Grrr! ...ecia

Soy de Letras.

Pero hoy me atreví en antena con una división muy sencilla: la media, redondeando, de los 9.800 millones que aportará España al plan de ayuda a Grecia entre los 47 millones de españoles que somos ya según el último censo. De esta cuenta simple sale que cada uno vamos a "poner" 210 euros.

Estamos en lo de siempre.

No supone el mismo esfuerzo para la propia Elena Salgado que para el desempleado que tiene que sellar mañana la cartilla del paro. Claro que hay que estar en Europa a las duras y a las maduras…

Pero estamos en lo de siempre.

Hasta cuándo vamos a tener que pagar los errores de las políticas económicas de los demás.

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En el Día del Trabajo

Emitido en Primera Plana Fin de Semana el sábado, 1 de mayo de 2010

Hoy se supone que estamos como el tiempo, al borde de un gran cambio, que de aquí al lunes volverá el frío. Pero, de entrada, queríamos congelar en antena la cifra de parados que reveló la Encuesta de Población Activa y que ya había adelantado el martes el diario ABC.

No es un indicio de recuperación, por más que lo diga nadie y menos de este Gobierno, que durante los tres primeros meses del año alcanzáramos los 4.600.000 parados, a un ritmo de 3.000 personas en la calle al día. Si la cifra global es alarmante, lo peor viene cuando nos acercamos a la letra pequeña. De estos 4.600.000 parados, 1.300.000 son familias completas en las que nadie de la casa tiene un trabajo. Y para desanimar aún más a las nuevas generaciones, a los que ahora están acabando su FP o la carrera, de todos los desempleados cuatro de cada 10 tienen menos de 25 años.

Como así de mal vamos, sólo podemos confiar en que ahora estemos tocando fondo y lo próximo sea una larga y dura salida del bache. Pero se trata de una estación de fe, porque las ideas brillantes y las medidas urgentes se siguen echando de menos. El último recorte de gasto público del Gobierno es de 16 millones de euros, que en suma es poco; y la reforma laboral está estancada, como si también dependiera de la Justicia, de la que ya conocemos sus ritmos y sus capacidad de reacción.

Reaccionaron mal cuando los medios decíamos hace un año que llegaríamos al 20% de parados, como hemos llegado. Ojalá nos equivoquemos, pero si seguimos así, alcanzaremos los 5 millones de desempleados en España. Lo tenemos claro, como ustedes, porque sabemos cuántos comercios han cerrado en nuestra calle y porque también tenemos parados en la familia. Lo tenemos claro, esto está muy negro.

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